Hasta ahora no existían medios efectivos para mejorar la visión en estos casos, pero se ha comprobado que a través del sistema denominado IOL-VIP (Intraocular Lens for Visually Impaired People) se ofrece a los pacientes con defectos maculares una mejora en su visión central.El Hospital General de Ciudad Real va a ser el primer hospital de Castilla-La Mancha y el segundo a nivel nacional en introducir esta técnica de la cirugía de baja visión, a través de lentes intraoculares, para tratar a personas de baja visión principalmente o enfermos con degeneraciones maculares. En un ojo sano, las imágenes se enfocan en la mácula y con esta nueva técnica, a través de la cirugía, se reemplaza la lente natural por dos lentes artificiales, una delante y otra detrás del iris, a modo de sistema telescópico, que provocan un aumento de la imagen sobre la retina y una desviación de la imagen a la parte más sana de la misma.
La mejora potencial de la visión puede probarse utilizando un simulador especial. Este simulador permite demostrar el efecto de la IOL-Vip, para que el paciente experimente la posible mejora antes de realizar la cirugía. Después de la intervención quirúrgica, que suele durar alrededor de 60 minutos, debe hacerse rehabilitación visual del centro de baja visión durante aproximadamente 12 semanas.
El perfil del paciente que se puede adecuar a este tipo de cirugía es una persona mayor de 55 años o un paciente con degeneración macular seca, o húmeda, degeneración macular miópica, agujeros maculares o con enfermedades maculares como distrofias de BEST o Stargardt.
El Servicio de Oftalmología del Hospital General de Ciudad Real está dirigido por el doctor Halaoui y está formado por 14 facultativos. Durante el año 2009, se ha registrado un incremento de la actividad respecto al año anterior, con 6.800 primeras consultas y cerca de 19.000 revisiones hasta el mes de octubre, consiguiendo una reducción ostensible de las listas de espera.
Asimismo, se han duplicado las consultas de alta resolución, que permiten que en una misma cita, el paciente sea valorado por el especialista, le realizan las pruebas diagnósticas oportunas y vuelva a su domicilio con el tratamiento prescrito.
Publicado en: http://www.degeneracionmacular.info/2010/01/nueva-tecnica-de-tratamiento-para-la.html
sábado, 30 de enero de 2010
domingo, 24 de enero de 2010
Un futuro sin sombras
La oftalmóloga compostelana investiga en Aberdeen, Escocia, enfermedades que causan ceguera
La oftalmóloga compostelana Noemi Lois, en su laboratorio de Aberdeen, en Escocia.
SANDRA PENELAS
La comprensión del ojo humano, esa máquina de tan alta precisión y sensibilidad, supone un enorme reto para una parte de la ciencia que se esfuerza en devolverle sus funciones cuando la enfermedad ha hecho mella. La oftalmóloga Noemi Lois (Santiago, 1966), con una larga trayectoria como investigadora en los mejores centros de Estados Unidos y Reino Unido, intenta mejorar la cirugía de cataratas y poner remedio a patologías como la degeneración macular asociada a la edad, la primera causa de ceguera en el mundo desarrollado, y el agujero macular retiniano.
Lois dirige su propio grupo y ejerce la medicina desde hace diez años en el Grampian University Hospital-NHS Trust de Aberdeen, al nordeste de Escocia. Su departamento de oftalmología es uno de los mejores del mundo y ella está a punto de publicar el mayor estudio sobre el agujero macular realizado hasta el momento, con 141 pacientes de Reino Unido e Irlanda. "Este problema afecta más a las mujeres y conlleva la pérdida de la visión central, que es la que te permite leer o conducir. El estudio tendrá una gran repercusión en cómo se trata quirúrgicamente esta enfermedad", avanza.
Las operaciones actuales no siempre funcionan, pero la experta gallega ha probado la efectividad del pelado de la membrana limitante interna. "Ahora publicaremos los resultados obtenidos seis meses después de la intervención y haremos un seguimiento dentro de dos años", explica.
Lois también trabaja en la degeneración macular asociada a la edad utilizando una técnica, la autofluorescencia del fondo de ojo, sobre la que acaba de publicar un libro y que permite obtener imágenes de una de las capas má importantes de la retina.
Otra de sus líneas es el proceso de regeneración del cristalino, la lente que permite enfocar los objetos en la retina y verlos claramente. Cuando se opacifica con la edad se origina la catarata. "Hemos creado un modelo experimental que nos proporcionará un conocimiento crucial para intentar conseguir la regeneración de la lente, lo que supondría una revolución", destaca.
Pareja de gallegos
Noemi llegó al hospital universitario de Aberdeen junto a su marido, Augusto Azuara, otro oftalmólogo especializado en glaucoma. Él es de Lugo y criado en Pontevedra y ambos se conocieron mientras estudiaban Medicina en Compostela. Hasta ahora ambos ocupaban una plaza de "consultant", el puesto más alto que se puede obtener en la Seguridad Social del país, pero Augusto acaba de pasarse a la Universidad para optar a una plaza de profesor.
Desde que se casaron y hasta llegar a Escocia sus trayectorias profesionales les fueron separando y uniendo a ambos lados del Atlántico. "Sabíamos que eran unos años muy preciosos para formarnos y no queríamos desaprovechar las oportunidades", reconoce ella.
Tras una experiencia previa en Chicago, Noemi regresó a Estados Unidos para realizar unos experimentos en el National Eye Institute de Washington relacionados con su tesis y terminó el último año de su especialización en el servicio de córnea del Wills Eye Hospital de Philadelphia, ciudad en la que también se formaba por entonces Augusto.
Gracias a una beca Barrié, pudo permanecer en el mismo centro, esta vez, en el campo de la oncología ocular. "Después quise completar mi formación en retina y me fui al Moorfields Eye Hospital de Londres para entrenarme con el profesor Alan Bird, uno de los mejores expertos", relata. Un año y medio después se trasladaba a Liverpool, mientras su marido estaba trabajando en Edimburgo, hasta que en 2000 ambos recalaron en Aberdeen.
Noemi ha tenido estudiantes españoles a su cargo gracias al contacto que mantiene con el profesor Gómez-Ulla de Santiago, pero "desgraciadamente" no colabora con ningún centro español. "Entreno a gente joven y tengo la responsabilidad de motivarlos para que continúen investigando. Es muy importante promover a la gente que se esfuerza. Cuando yo estaba en Galicia, esto no ocurría tanto. Incluso no fue muy bien visto que me marchase al extranjero", lamenta.
Este desaprovechamiento del talento también lo sufrió su padre, el catedrático de Derecho José Lois Estévez. "Siempre fue una inspiración para mí. Era muy inteligente y cultísimo. Un hombre sobresaliente, pero la Universidad no se dio cuenta de lo que tenía. Ver que era tan corta de miras me incitó a dejar España", comenta.
Ahora ya ni se plantea volver. En Escocia han nacido sus dos hijos, Emilia y Yago, "un nombre absolutamente santiagués", a los que enseñan algunas palabras en gallego. "La calidad de vida es muy buena y Aberdeen es muy cosmopolita. Este país es precioso y la gente es como la gallega. A lo mejor es porque todos somos celtas y la verdad es que se nota. Mis pacientes están muy contentos conmigo", asegura.
Publicado en: http://www.farodevigo.es/sociedad-cultura/2010/01/24/futuro-sombras/405359.html
La oftalmóloga compostelana Noemi Lois, en su laboratorio de Aberdeen, en Escocia.
SANDRA PENELAS
La comprensión del ojo humano, esa máquina de tan alta precisión y sensibilidad, supone un enorme reto para una parte de la ciencia que se esfuerza en devolverle sus funciones cuando la enfermedad ha hecho mella. La oftalmóloga Noemi Lois (Santiago, 1966), con una larga trayectoria como investigadora en los mejores centros de Estados Unidos y Reino Unido, intenta mejorar la cirugía de cataratas y poner remedio a patologías como la degeneración macular asociada a la edad, la primera causa de ceguera en el mundo desarrollado, y el agujero macular retiniano.
Lois dirige su propio grupo y ejerce la medicina desde hace diez años en el Grampian University Hospital-NHS Trust de Aberdeen, al nordeste de Escocia. Su departamento de oftalmología es uno de los mejores del mundo y ella está a punto de publicar el mayor estudio sobre el agujero macular realizado hasta el momento, con 141 pacientes de Reino Unido e Irlanda. "Este problema afecta más a las mujeres y conlleva la pérdida de la visión central, que es la que te permite leer o conducir. El estudio tendrá una gran repercusión en cómo se trata quirúrgicamente esta enfermedad", avanza.
Las operaciones actuales no siempre funcionan, pero la experta gallega ha probado la efectividad del pelado de la membrana limitante interna. "Ahora publicaremos los resultados obtenidos seis meses después de la intervención y haremos un seguimiento dentro de dos años", explica.
Lois también trabaja en la degeneración macular asociada a la edad utilizando una técnica, la autofluorescencia del fondo de ojo, sobre la que acaba de publicar un libro y que permite obtener imágenes de una de las capas má importantes de la retina.
Otra de sus líneas es el proceso de regeneración del cristalino, la lente que permite enfocar los objetos en la retina y verlos claramente. Cuando se opacifica con la edad se origina la catarata. "Hemos creado un modelo experimental que nos proporcionará un conocimiento crucial para intentar conseguir la regeneración de la lente, lo que supondría una revolución", destaca.
Pareja de gallegos
Noemi llegó al hospital universitario de Aberdeen junto a su marido, Augusto Azuara, otro oftalmólogo especializado en glaucoma. Él es de Lugo y criado en Pontevedra y ambos se conocieron mientras estudiaban Medicina en Compostela. Hasta ahora ambos ocupaban una plaza de "consultant", el puesto más alto que se puede obtener en la Seguridad Social del país, pero Augusto acaba de pasarse a la Universidad para optar a una plaza de profesor.
Desde que se casaron y hasta llegar a Escocia sus trayectorias profesionales les fueron separando y uniendo a ambos lados del Atlántico. "Sabíamos que eran unos años muy preciosos para formarnos y no queríamos desaprovechar las oportunidades", reconoce ella.
Tras una experiencia previa en Chicago, Noemi regresó a Estados Unidos para realizar unos experimentos en el National Eye Institute de Washington relacionados con su tesis y terminó el último año de su especialización en el servicio de córnea del Wills Eye Hospital de Philadelphia, ciudad en la que también se formaba por entonces Augusto.
Gracias a una beca Barrié, pudo permanecer en el mismo centro, esta vez, en el campo de la oncología ocular. "Después quise completar mi formación en retina y me fui al Moorfields Eye Hospital de Londres para entrenarme con el profesor Alan Bird, uno de los mejores expertos", relata. Un año y medio después se trasladaba a Liverpool, mientras su marido estaba trabajando en Edimburgo, hasta que en 2000 ambos recalaron en Aberdeen.
Noemi ha tenido estudiantes españoles a su cargo gracias al contacto que mantiene con el profesor Gómez-Ulla de Santiago, pero "desgraciadamente" no colabora con ningún centro español. "Entreno a gente joven y tengo la responsabilidad de motivarlos para que continúen investigando. Es muy importante promover a la gente que se esfuerza. Cuando yo estaba en Galicia, esto no ocurría tanto. Incluso no fue muy bien visto que me marchase al extranjero", lamenta.
Este desaprovechamiento del talento también lo sufrió su padre, el catedrático de Derecho José Lois Estévez. "Siempre fue una inspiración para mí. Era muy inteligente y cultísimo. Un hombre sobresaliente, pero la Universidad no se dio cuenta de lo que tenía. Ver que era tan corta de miras me incitó a dejar España", comenta.
Ahora ya ni se plantea volver. En Escocia han nacido sus dos hijos, Emilia y Yago, "un nombre absolutamente santiagués", a los que enseñan algunas palabras en gallego. "La calidad de vida es muy buena y Aberdeen es muy cosmopolita. Este país es precioso y la gente es como la gallega. A lo mejor es porque todos somos celtas y la verdad es que se nota. Mis pacientes están muy contentos conmigo", asegura.
Publicado en: http://www.farodevigo.es/sociedad-cultura/2010/01/24/futuro-sombras/405359.html
viernes, 1 de enero de 2010
Aptámero ARC 1905, útil en DMAE atrófica
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Aptámero ARC 1905, útil en DMAE atrófica EN CINCO INYECCIONES
Un nuevo fármaco, el aptámero ARC 1905, permite detener la muerte celular en la retina. Comienza un ensayo en fase I.
Javier Granda Revilla. Barcelona - Miércoles, 30 de Diciembre de 2009
El aptámero ARC 1905, con alta afinidad para bloquear la proteína final de la cascada de la vía del complemento, permite detener la muerte celular en la retina. Un ensayo en fase I, en el que participan seis centros y para el que se han reclutado 50 pacientes, pretende probar su eficacia en la variante atrófica o seca de la degeneración macular asociada a la edad (DMAE).
El Instituto de la Mácula y de la Retina de Barcelona es el centro español que colabora en este ensayo. Como recuerda su director, Jordi Monés, el aptámero ARC 1905 es un oligonucleótido, "una proteína compleja que tiene una altísima afinidad para determinadas moléculas diana. Este aptámero está diseñado específicamente para bloquear el factor 5 del complemento".
"En la DMAE se han descrito varios polimorfismos alterados -muchos en la cascada del complemento- por lo que, al bloquear la molécula c5 al final de la cascada, los productos finales inflamatorios c5a y los complejos de ataque de membrana (c5, c6, c7, c8 y c9) desaparecen, pero preservamos c3 para mantener el efecto antiinfeccioso. En este caso, al bloquear c5 al nivel intraocular, la cantidad que pasa a nivel sistémico es muy pequeña y posiblemente el riesgo de infección es mínimo, sobre todo porque preservamos c3".
Primera fase
Este abordaje novedoso se ha comenzado a probar en fase I conjuntamente con antiangiogénicos en DMAE exudativa en Estados Unidos y Europa. El trabajo en marcha arrancó el pasado mes de septiembre, tras recibir autorización de la FDA y del Ministerio de Sanidad y Política Social. Tal y como señala Monés, "hacer ensayos en fase I es muy difícil. El reclutamiento está yendo muy bien: se preveían 50 pacientes en los diferentes centros de todo el mundo en un año y lo cerraremos en tres meses".
Como explica el investigador, la DMAE seca es una enfermedad rápida para el paciente, porque puede perder la visión en meses pero, a efectos de un estudio, es muy lenta, "porque no es como la enfermedad húmeda, en la que de una semana a otra puedes tener un gran volumen de fluido y hemorragias. Aquí tenemos una mancha de aceite que crece a 1-2 milímetros cuadrados al año, lo que es muchísimo. Pero para detectar cambios es muy lenta. Por lo tanto, el estudio tiene como mínimo un año de duración".
Dosis El paciente recibe en este plazo de tiempo cinco inyecciones del aptámero anticomplemento. El objetivo es comprobar si hay un enlentecimiento en la expansión de la atrofia con técnicas de diagnóstico muy sofisticadas, como la autofluorescencia. "Estudiaremos también los cambios ultraestructurales del OCT de alta resolución, viendo a nivel celular el estado de la capa de fotorreceptores. Otras pruebas incluyen electrofisiología, visión y velocidad de lectura. Como no sabemos dónde podremos ver un resultado, lo estamos estudiando todo. La idea es que, en un año, el ojo tratado ha desarrollado la enfermedad más despacio que el ojo no tratado".
El mecanismo antiinflamatorio del aptámero es específico para la enfermedad del complemento, por lo que la utilidad del fármaco en otras enfermedades oculares se limita a aquéllas derivadas que tengan la citada enfermedad. Según subraya Monés, "en otras enfermedades inflamatorias posiblemente funcionan mejor los corticoides".
En la actualidad también se trabaja en el desarrollo de polímeros de liberación lenta que se van degradando para intentar tener un efecto más mantenido, sin necesidad de inyectar repetidamente, con el objetivo de evitar efectos secundarios como cataratas y glaucoma.
La aparición de los antiangiogénicos ranibizumab y bevacizumab en 2005 revolucionó el tratamiento de la DMAE húmeda, ya que se consigue detener la enfermedad en tres de cada cuatro casos y mejorar en uno de cada tres.
Como reconoce Monés, "el problema es que los estudios con estos fármacos se realizaron con inyecciones mensuales, lo que es complicado de llevar a la práctica por temas logísticos y de riesgo. Se han intentado realizar diseños de estudios a demanda, pero nos hemos dado cuenta de que los resultados nunca alcanzan los de los tratamientos mensuales porque vamos por detrás de la enfermedad. Ahora intentamos ir por delante con un régimen en el que el tratamiento es a demanda".
Mantenimiento Pero si la enfermedad permanece calmada, hacemos tratamientos de mantenimiento porque hemos visto que, si dejamos de tratar, la enfermedad volverá un día u otro".
En este campo, Monés destaca que se le ha perdido el miedo a la DMAE húmeda y se ha producido un cierto relajamiento, por lo que es imprescindible "más que nunca la detección precoz y, sobre todo, en el seguimiento, porque cada paciente tiene una frecuencia diferente: debe buscarse el régimen de cada uno de ellos para evitar recurrencias". A juicio de Monés, la DMAE seca es una de de las grandes asignaturas pendientes de la oftalmología. "Es más compleja que lo que aparenta, porque los pacientes pueden tener buena agudeza visual pero muy mala función visual, lo que les genera mucha frustración. Además, este hecho provoca que los oftamólogos y las familias de los pacientes hayamos minusvalorado su importancia y su impacto".
Lesión en imágenes Imágenes relativas a la DMAE seca. La de autofluorescencia delimita las zonas de atrofia y la zona perilesional de progresión de la enfermedad, y la de tomografía óptica de alta resolución (OCT) permite apreciar casi a nivel celular, como una microscopia pero en vivo, las alteraciones de las capas externas de la retina, mostrando la desaparición de los fotorreceptores propios de la atrofia en la DMAE seca.
( 2009-12-30 ) http://oftalmologia.diariomedico.com/2009/12/30/area-cientifica/especialidades/oftalmologia/aptamero-arc-1905-util-en-dmae-atrofica
Aptámero ARC 1905, útil en DMAE atrófica EN CINCO INYECCIONES
Un nuevo fármaco, el aptámero ARC 1905, permite detener la muerte celular en la retina. Comienza un ensayo en fase I.
Javier Granda Revilla. Barcelona - Miércoles, 30 de Diciembre de 2009
El aptámero ARC 1905, con alta afinidad para bloquear la proteína final de la cascada de la vía del complemento, permite detener la muerte celular en la retina. Un ensayo en fase I, en el que participan seis centros y para el que se han reclutado 50 pacientes, pretende probar su eficacia en la variante atrófica o seca de la degeneración macular asociada a la edad (DMAE).
El Instituto de la Mácula y de la Retina de Barcelona es el centro español que colabora en este ensayo. Como recuerda su director, Jordi Monés, el aptámero ARC 1905 es un oligonucleótido, "una proteína compleja que tiene una altísima afinidad para determinadas moléculas diana. Este aptámero está diseñado específicamente para bloquear el factor 5 del complemento".
"En la DMAE se han descrito varios polimorfismos alterados -muchos en la cascada del complemento- por lo que, al bloquear la molécula c5 al final de la cascada, los productos finales inflamatorios c5a y los complejos de ataque de membrana (c5, c6, c7, c8 y c9) desaparecen, pero preservamos c3 para mantener el efecto antiinfeccioso. En este caso, al bloquear c5 al nivel intraocular, la cantidad que pasa a nivel sistémico es muy pequeña y posiblemente el riesgo de infección es mínimo, sobre todo porque preservamos c3".
Primera fase
Este abordaje novedoso se ha comenzado a probar en fase I conjuntamente con antiangiogénicos en DMAE exudativa en Estados Unidos y Europa. El trabajo en marcha arrancó el pasado mes de septiembre, tras recibir autorización de la FDA y del Ministerio de Sanidad y Política Social. Tal y como señala Monés, "hacer ensayos en fase I es muy difícil. El reclutamiento está yendo muy bien: se preveían 50 pacientes en los diferentes centros de todo el mundo en un año y lo cerraremos en tres meses".
Como explica el investigador, la DMAE seca es una enfermedad rápida para el paciente, porque puede perder la visión en meses pero, a efectos de un estudio, es muy lenta, "porque no es como la enfermedad húmeda, en la que de una semana a otra puedes tener un gran volumen de fluido y hemorragias. Aquí tenemos una mancha de aceite que crece a 1-2 milímetros cuadrados al año, lo que es muchísimo. Pero para detectar cambios es muy lenta. Por lo tanto, el estudio tiene como mínimo un año de duración".
Dosis El paciente recibe en este plazo de tiempo cinco inyecciones del aptámero anticomplemento. El objetivo es comprobar si hay un enlentecimiento en la expansión de la atrofia con técnicas de diagnóstico muy sofisticadas, como la autofluorescencia. "Estudiaremos también los cambios ultraestructurales del OCT de alta resolución, viendo a nivel celular el estado de la capa de fotorreceptores. Otras pruebas incluyen electrofisiología, visión y velocidad de lectura. Como no sabemos dónde podremos ver un resultado, lo estamos estudiando todo. La idea es que, en un año, el ojo tratado ha desarrollado la enfermedad más despacio que el ojo no tratado".
El mecanismo antiinflamatorio del aptámero es específico para la enfermedad del complemento, por lo que la utilidad del fármaco en otras enfermedades oculares se limita a aquéllas derivadas que tengan la citada enfermedad. Según subraya Monés, "en otras enfermedades inflamatorias posiblemente funcionan mejor los corticoides".
En la actualidad también se trabaja en el desarrollo de polímeros de liberación lenta que se van degradando para intentar tener un efecto más mantenido, sin necesidad de inyectar repetidamente, con el objetivo de evitar efectos secundarios como cataratas y glaucoma.
La aparición de los antiangiogénicos ranibizumab y bevacizumab en 2005 revolucionó el tratamiento de la DMAE húmeda, ya que se consigue detener la enfermedad en tres de cada cuatro casos y mejorar en uno de cada tres.
Como reconoce Monés, "el problema es que los estudios con estos fármacos se realizaron con inyecciones mensuales, lo que es complicado de llevar a la práctica por temas logísticos y de riesgo. Se han intentado realizar diseños de estudios a demanda, pero nos hemos dado cuenta de que los resultados nunca alcanzan los de los tratamientos mensuales porque vamos por detrás de la enfermedad. Ahora intentamos ir por delante con un régimen en el que el tratamiento es a demanda".
Mantenimiento Pero si la enfermedad permanece calmada, hacemos tratamientos de mantenimiento porque hemos visto que, si dejamos de tratar, la enfermedad volverá un día u otro".
En este campo, Monés destaca que se le ha perdido el miedo a la DMAE húmeda y se ha producido un cierto relajamiento, por lo que es imprescindible "más que nunca la detección precoz y, sobre todo, en el seguimiento, porque cada paciente tiene una frecuencia diferente: debe buscarse el régimen de cada uno de ellos para evitar recurrencias". A juicio de Monés, la DMAE seca es una de de las grandes asignaturas pendientes de la oftalmología. "Es más compleja que lo que aparenta, porque los pacientes pueden tener buena agudeza visual pero muy mala función visual, lo que les genera mucha frustración. Además, este hecho provoca que los oftamólogos y las familias de los pacientes hayamos minusvalorado su importancia y su impacto".
Lesión en imágenes Imágenes relativas a la DMAE seca. La de autofluorescencia delimita las zonas de atrofia y la zona perilesional de progresión de la enfermedad, y la de tomografía óptica de alta resolución (OCT) permite apreciar casi a nivel celular, como una microscopia pero en vivo, las alteraciones de las capas externas de la retina, mostrando la desaparición de los fotorreceptores propios de la atrofia en la DMAE seca.
( 2009-12-30 ) http://oftalmologia.diariomedico.com/2009/12/30/area-cientifica/especialidades/oftalmologia/aptamero-arc-1905-util-en-dmae-atrofica
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