martes, 29 de septiembre de 2009

Examinar profundamente el ojo y no solo la vista puede descartar la existencia de DMAE

Entre 25 y 30 millones de individuos en el mundo padecen la enfermedad

Examinar profundamente el ojo y no solo la vista puede descartar la existencia de DMAE

Comstat Rowland

Lunes, 21 de septiembre de 2009

Muchos pacientes con Degeneración Macular Asociada a la Edad pueden ignorar al principio los síntomas y favorecer la progresión de la enfermedad, lo cual puede implicar una futura pérdida de la visión
La vista es quizás el sentido más preciado para las personas, ya que significa la conexión con el mundo y lo que nos rodea. No obstante, no es un comportamiento común en las personas el acudir por lo menos una vez al año para una revisión oftalmológica, de manera de poder determinar cómo está la salud de los ojos e, incluso, saber por medio de la retina cómo están otros órganos del cuerpo.
Es cierto, al mismo tiempo, que con el pasar de los años comienzan a aparecer señales de un cierto desgaste en la vista. Sin embargo, esto no debe ser considerado como algo “normal”, producto del envejecimiento y, por el contrario, ante una pérdida de la calidad visual, la persona no debe conformarse con la excusa de la edad, sino acudir al oftalmólogo, quien es el único capacitado para determinar la causa exacta que está ocasionando el problema.
La degeneración macular asociada a la edad, DMAE, es una enfermedad que afecta, aproximadamente, al 30 % de la población mundial mayor de 60 años, pues al alcanzar esta edad el individuo puede padecer algún nivel de la enfermedad y se puede incrementar a medida que aumentan los años, presentando alguno o varios de los siguientes síntomas:
Distorsión de la visión central. Las líneas rectas se ven onduladas.
Visión central reducida con puntos ciegos y la persona ve las imágenes con una mancha en el medio, que varía de tamaño.
Pérdida de sensibilidad de contraste (como al reducir el contraste en la pantalla de TV).
Agudeza visual reducida.
“No todos los pacientes presentan todos estos síntomas, pero se trata de que apenas tengan la menor sospecha o perciban alguna anomalía, sin importar a qué edad, acudan a un oftalmólogo para que éste determine cuál es la causa y así poder colocar un tratamiento a tiempo. Lamentablemente, esto no ocurre siempre, ya que la DMAE es una enfermedad poco conocida, que generalmente evoluciona lentamente y los síntomas pueden pasar desapercibidos, considerándose como una parte regular del envejecimiento”, explicó el doctor Kenton Perret-Gentil, médico oftalmólogo.
Lo que no se ve a simple vista
La DMAE afecta a la mácula, porción central de la retina que es responsable de la visión central requerida para la visión cotidiana.
Cuando comienza el proceso degenerativo de la enfermedad, según explica el doctor Perret-Gentil, el deterioro puede causar DMAE “seca” o “húmeda”, siendo la proporción de 9:1, es decir, que de cada 10 pacientes, 9 tienen DMAE seca y 1 desarrolla la DMAE húmeda.
“La DMAE seca no tiene ningún tipo de tratamiento, solo se le indica al paciente por vía oral vitaminas A, B, C, E y algunos minerales como el selenio, zinc, todos los que tengan un antioxidantes llamado luteína, que es un protector de la mácula; además de mejoras para la circulación sanguínea. La ventaja que tiene es que la DMAE seca es muy lenta y si se detecta a tiempo puede ser tratada y disminuir su progresión para evitar que continúe la pérdida con los años la visión central, que es la que utilizamos para ver y para leer de cerca”, explicó el especialista.
La importancia del tratamiento y la consulta a tiempo
En la DMAE húmeda el deterioro es mucho más rápido y mayor, aunque sí tiene tratamiento farmacológico. En este sentido, el ranibizumab es usado para tratarla enfermedad y el mismo pertenece a una clase de medicamentos llamados antagonistas del factor A, de crecimiento vascular endotelial. Funciona al bloquear el crecimiento anormal y derrames de los vasos sanguíneos de los ojos que puede causar la pérdida de la visión en personas con DMAE húmeda.
El ranibizumab viene envasado en forma de solución (líquido) para ser inyectado por el especialista, dentro del ojo. Se ha comprobado que el ranibizumab supone un cambio tan grande para el tratamiento de la DMAE húmeda como lo es la insulina para el de la diabetes.
Mientras que las terapias disponibles hasta ahora sólo habían conseguido frenar el deterioro de la visión, ranibizumab logra reducir el tamaño de la lesión, obteniendo mejorías de la agudeza visual en pocos días.
Por último, el doctor Perret-Gentil, afirma que quienes padecen DMAE seca no están exentos de desarrollar la húmeda pues, según señala ocurre en 10% de los pacientes. “Mientras más precozmente se traten ambas manifestaciones de la enfermedad, más posibilidades de éxito tendrá la persona, de allí que el mensaje deberá ser siempre acudir oportunamente al oftalmólogo, ante cualquier distorsión de la visión, e incluir la consulta oftalmológica como examen de rutina anual”, puntualizó el especialista.

Publicado en: http://www.analitica.com/noti-tips/3283558.asp

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