La luteína es un antioxidante de la familia de los carotenoides, que añadido a los alimentos puede ser asimilado por el ser humano y ralentizar la degeneración de la vista.
Manuel Luis Pérez
La microalga scenedesmus almeriensis se descubrió de forma casual hace tres años mientras un grupo de científicos de la estación de Las Palmerillas (Almería) investigaba en el cultivo de otra especie. De forma espontánea, el alga se desarrolló en los biorreactores de la estación, al tiempo que la otra especie no conseguía sobrevivir. Después de su identificación y catalogación, los científicos almerienses comprobaron que scenedesmus poseía un alto contenido en luteína, una sustancia antioxidante con altas posibilidades comerciales en el campo de la nutrición y la farmacéutica.
Desde ese momento, los investigadores de Las Palmerillas decidieron realizar un estudio para comprobar la viabilidad del cultivo de la microalga. La luteína, un tipo de carotenoide o pigmento orgánico, puede añadirse a alimentos como el aceite de oliva para complementar la dieta humana. Según el responsable del departamento de biotecnología de la estación, Juan José Magán, existen estudios clínicos que demuestran que de esta forma los carotenoides son fácilmente absorbibles por el organismo.
Los seres humanos, al igual que el resto de los animales, no pueden producir luteína de forma natural, por lo que deben incorporarla a su dieta para asimilarla. Algunos estudios científicos han demostrado que la inclusión de este carotenoide como suplemento alimenticio ralentiza la degeneración macular senil, es decir, favorece la tardanza en la aparición de cataratas y afecciones visuales similares.
En la actualidad, la luteína se extrae mayoritariamente de los pétalos de las flores de caléndula, cultivadas comercialmente en grandes extensiones en China. A pesar de ser la misma sustancia, los estudios realizados en la estación experimental de Las Palmerillas apuntan que la luteína obtenida de la scenedesmus presenta una composición química distinta, lo que le confiere a priori una mayor calidad que la extraída de la caléndula.
La luteína, además de incorporarse a la dieta humana, puede ser utilizada como aditivo en los piensos animales, de forma que las características del pigmento pasen a la cadena alimentaria, como por ejemplo en los huevos de las gallinas. De hecho, la luteína ya se utiliza en la industria ganadera para la coloración de las yemas.
La scenedesmus almeriensis pertenece al grupo de microalgas cultivadas para la extracción de carotenoides, entre las que se encuentran la haematococcus pluvialis, explotada en Israel para la obtención de xantina y el género dunaliella, de la que también se obtienen betacarotenos. Las del tipo phaedactylum contienen ácidos grasos poliinsaturados, del tipo Omega 3, utilizado para el descenso de los niveles de colesterol.
Proceso
Las investigaciones de los dos últimos años han estado encaminadas a estudiar los factores que afectaban a la producción de la microalga para optimizar su cultivo, de forma que se obtenga una producción rentable. En el proceso de extracción de la luteína utilizado en el proyecto se ha conseguido obtener más de un 90 por ciento del antioxidante, mediante la utilización de disolventes orgánicos.
Las microalgas se cultivan en biorreactores, unas estructuras tubulares cerradas, a modo de columnas, organizadas en un circuito de lazos en bucles. Este sistema de cultivo, a diferencia de los que son abiertos, permiten controlar adecuadamente la temperatura a la que se mantienen los cultivos y evitar contaminaciones externas. El recorrido por el circuito permite asimismo eliminar el exceso de oxígeno que producen las microalgas.
Más información:
Juan José Magán
Estación Experimental Las Palmerillas (Fundación Cajamar)
Tel.: 950 580 512
Publicado en: http://www.andaluciainvestiga.com/espanol/noticias/3/8921.asp
miércoles, 9 de diciembre de 2009
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